La reflexología es una técnica muy antigua que ya se conocía en Egipto, China e India hace más de 5.000 años.

Consiste en presionar y caminar con los dedos de las manos, sobre nuestros pies, en donde se encuentran reflejados todos los órganos del cuerpo, con el fin de aliviar, mejorar y restablecer el equilibrio biológico y anímico de la persona.

Con las manos informamos mediante presiones, arrastres o bombeos a zonas de nuestro cerebro que corresponden a los órganos afectados, de esta manera activamos el impulso de limpieza a todos los niveles.

Nuestros pies, esa persona que está sentada, no son ni más ni menos que una parte de nosotros mismos donde se refleja cómo nos cuidamos.